Time... oh its time!

Envejecemos sin querer. El tiempo nos sobrevuela de manera silenciosa, aullándonos en algunos momentos al oído y en otros acunándonos en sus brazos etéreos y suaves... para que no lo percibamos, para que lo dejemos llegar a la meta sin competencia.
El maldito tiempo le encargó a los segundos que nos diera psicofármacos mientras dormíamos, mientras sonábamos arropados por las cálidas mantas. Cuando nos despertamos y se nos pasa la adormidera pensamos... "Joder, han pasado veintidós años y... ¿qué me quedo?" Hoy decidí plantarle cara al tiempo, y jugar con el al dominó mientras nos tomamos unas cañas. Lo pongo de mi lado y a ver quién nos gana ahora...